El Amor de Dios
Dios es el creador del cielo y de la tierra, es también nuestro creador, por eso su amor hacia cada uno de nosotros es eterno “con amor eterno te he amado”, dice en el libro del profeta Jeremías 31:3.
Desde siempre pensó en el ser humano como su criatura especial semejante a Él. En Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”, y por su amor también le creó libre, pudiendo decidir atender a los principios que Dios establece, o seguir su propio criterio, sabiendo que la desobediencia trae en sí consecuencias.
En el libro de Génesis dice 2:15-17 15- Tomó, pues, el Señor Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16- Y mandó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17- mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
El Pecado
La Biblia declara que todos hemos pecado, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, declara Romanos 3:23 y además también en Romanos dice “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10).
Podemos definir el pecado como todo aquello que es contrario a la Ley de Dios, la cual expresa Su voluntad. Por ejemplo, si uno miente, comete pecado. ¿Por qué? Porque Dios ha ordenado no mentir (Éxodo 20:16). Al hacer lo que Dios ha prohibido, uno peca.
Además, si uno deja de hacer lo que Dios ha mandado, también peca (Santiago. 4:17). En ambos casos, el resultado es la separación eterna de Dios (Isaías. 59:2). El pecado es iniquidad (1 Juan 1:3) e injusticia (1 Juan 5:17). El pecado lleva a la ceguera espiritual (Juan 9:41) y a la muerte Romanos 6:23 dice “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Según explica el apóstol Pablo todos, judíos o no judíos, están bajo el dominio del pecado (Romanos 3:9). Él prueba que el pecado no es simplemente algo malo que se ha hecho, sino, una condición del corazón humano (Romanos. 3:3:10-12). Pablo afirma que »somos por naturaleza hijos de ira» (Efesios 2:3). Sin embargo, »Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos» (Romanos 5:6). Y este es el tercer paso.
Cristo es Nuestro Salvador
Redimir significa rescatar a alguien de la esclavitud. A menudo implica pagar un rescate, un precio que hace posible la redención. Los israelitas fueron redimidos de Egipto. Nosotros fuimos redimidos del poder del pecado y de la maldición de la Ley (Gálatas. 3:13) a través de Jesús (Romanos. 3:24; Colosenses. 1:14). Fuimos comprados por un precio: el sacrificio de Jesucristo (1 Corintios. 6:20; 7:23).
La Biblia dice en Romanos 5:8: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Él fue crucificado por nuestros pecados, lo que merecíamos nosotros el lo pagó sustituyéndonos a nosotros.
Es preciso que entendamos entonces, que la única forma de acercarnos a Dios, la única manera de reconciliarnos con Él, es a través de Jesucristo. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
Ahora bien, para poder obtener esta salvación es preciso dar un paso mas, esto es el paso de arrepentirnos.
El Arrepentimiento
Si le pedimos a Dios de todo corazón que borre nuestros pecados, Él lo hará. Dios ve nuestro corazón y ese arrepentimiento debe ser genuino.
Entendemos por arrepentimiento sentir pesar profundo por haber ofendido a Dios y por ello decidimos cambiar de rumbo. Arrepentirse es cambiar mi manera de pensar para ajustarla a los parámetros establecidos por Dios, lo que implica que entonces que cambian nuestros propósitos, nuestras actitudes y nuestra manera de vivir. Romanos 12:2 nos dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
No podemos disponer de un regalo si no lo aceptamos y la aceptación del regalo de la salvación implica el reconocimiento de nuestra necesidad de arrepentimiento. Por tanto tenemos que aceptarlo o recibirlo y ese es el paso número cinco del Plan de Salvación de Dios.
Aceptar y recibir
Es un reto para los valientes, abrir el corazón y confiar, es el momento de la decisión, hacer una oración en la cual expresamos a Dios de forma genuina que queremos conocerle personalmente, que debemos reconocer nuestro pecado, pedirle perdón y aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador.
A continuación presentamos un modelo de oración, al igual que el Padre Nuestro es un modelo así te proponemos que con tus propias palabras le digas a Dios algo así:
Amado Señor Jesús:
»Creo en ti, se que me amas, reconozco que necesito tu perdón y tu amor, ven y limpia mi vida de toda maldad, ven y guíame desde hoy en adelante. Hoy te recibo como mi único Señor y suficiente Salvador, quiero disfrutar de la vida abundante que tú ganaste en la cruz para mi»
Si has hecho esta oración y quieres saber mas, rellena el formulario de petición en la sección Contacto, nos pondremos en contacto contigo si así lo deseas.