Asambleas de Dios

Las Asambleas de Dios es una organización cristiana de fe pentecostal que agrupa a diferentes iglesias evangélicas de todo el mundo en Concilios o Convenciones nacionales. Estos Concilios, a su vez, están afiliados a la Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios. Las Asambleas de Dios forman parte de las principales organizaciones pentecostales más grandes del mundo y dan mucho énfasis al establecimiento del Reino de Dios por medio del evangelismo y las misiones. Actualmente las Asambleas de Dios cuentan con 59.874.740 miembros y 307.553 iglesias en más de 212 países.

 

Misión

Iglesia Evangélica Tener Fe - Dios es Amor. Este nombre define nuestra misión:

Es preciso Tener Fe para entender que Dios es amor (1 Juan 4:8). Nuestra Fe está fundamentada en Jesucristo, y deseamos que el amor de Dios nos guíe, caracterizandonos por el amor y la compasión por las almas siguiendo el ejemplo que nos dio Cristo. Las siglas de Dios es Amor son D.A. esa es la razón de los ministerios que serven juntos al Dios en esta Iglesia Local. Nos identificamos con DAR. Dar al necesitado y como es sabido ministerios es sinónimo de servir. Esta es una iglesia multicultural, compuesta por personas de diferentes nacionalidades, por esta razón, también aspiramos a alcanzar las naciones siguiendo la gran comisión a través de las Misiones.

La Iglesia Tener Fe - Dios es Amor, es una entidad cristiana de confesión evangélica o protestante, con carácter no lucrativo y con proyección social. Ha sido establecida por el Espíritu Santo para servir a nuestro prójimo en sus necesidades físicas y espirituales. Nuestro trabajo lo desarrollamos fundamentalmente a través de las células o grupos de hogar. Lo hacemos siguiendo del ejemplo de Jesús, y la proclamación de su Palabra que es el fundamento de nuestra fe.

Visión

Queremos alcanzar e influenciar en nuestra sociedad a través de una iglesia que impacte en la comunidad por medio de los valores de la Biblia como la tolerancia, el respeto, la igualdad, la no violencia…

Queremos hacerlo capacitando a los creyentes para que lideren y sean de influencia positiva en todos los ámbitos de la vida en nuestra generación, y que al mismo tiempo dejemos una herencia de alabanza para la próxima conforme a lo que dice el Salmo 145:4 “Una generación celebrará tus obras ante otra generación, y anunciará tus poderosos hechos” (RVA).