La idea del discipulado aparece en el mandato de Cristo en la Gran Comisión. El objetivo es guiar a los nuevos creyentes, en su integración a la Iglesia, y contribuir al desarrollo de su carácter cristiano, para llegar a ser, a su vez, portadores de las buenas noticias.
Este proceso formativo incluye el Curso de Doctrinas Fundamentales (ver en qué creemos), y con posterioridad la formación para el ministerio cristiano, primero a nivel básico, y luego con posibilidad de seguir estudios teológicos a nivel superior.
Se trata, por tanto, de afirmar los pasos del nuevo creyente, mostrándoles los principios cristianos, y preparándole para que a su vez pueda ejercer sus dones en la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo.